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¿Qué tienen en común la Panadería El Nopal y el Casino Monterrey? Aquí te contamos la anécdota que nos platicaron
Te contamos una leyenda regiomontana sobre dos negocios históricos en Monterrey: la Panadería El Nopal y el Casino Monterrey y su desacuerdo por el aroma al pan recién horneado.
El olor a pan recién horneado es muy característico, la mayoría de las personas coincidirían en que es un aroma reconfortante y placentero. Resulta extraño pensar en el caso contrario, pues a todos se nos antoja el pan caliente y suave, pero hay contextos en el cual ese olor puede ser "molesto". Tal es el caso del Casino Monterrey, que en el siglo pasado confrontó a la Panadería El Nopal (ahora El Nuevo Nopal) por el aroma de sus piezas de pan.
El Nopal es una de las panaderías más antiguas de Monterrey, abrió sus puertas en 1922 y desde entonces es popular por el sabor de su pan dulce, en especial sus donas "gigantes" o de gran tamaño. Su importancia histórica no solo recae en su trayectoria de más de 100 años. Esta panadería, en su tiempo, fue una de las pioneras en todo México en hornear pan Pullman, mejor conocido como pan de caja o pan en barra.
Una de las leyendas más fascinantes que rodean a la panadería es su desentendido con el Casino Monterrey. Su ubicación original, la calle Dr. Coss, colindaba con el emblemático Casino Monterrey, inaugurado en 1890 por el arquitecto José de Videgaray. El casino era un punto de encuentro exclusivo para la clase alta de la ciudad, mientras que la panadería, accesible y popular, era visitada por cientos de regiomontanos atraídos por el aroma del pan recién horneado. Cansados del olor constante que llegaba hasta el casino, los socios del recinto se acercaron al dueño de la panadería, don José G. García, con la intención de comprarle el local para que se mudara. Ante la propuesta, don José contestó “¿Cuánto quieren ustedes por el casino?”. La respuesta se volvió parte de la historia oral de la ciudad, y ahora es recordada como una contestación firme, irónica y memorable.
Aunque la sede original de El Nopal ya no existe, el negocio sigue en manos de los descendientes de don José G. García bajo el nombre El Nuevo Nopal. Actualmente cuentan con 6 sucursales diferentes y, aunque han agregado algunas cosas al menú, sus piezas de pan continúan con su sabor tradicional.
