Aunque parece que no, el ajo negro es muy versátil, solo es cuestión de saber utilizarlo. Su sabor es muy diferente al ajo blanco, sin embargo, el ajo negro es el ajo blanco. La magia sucede cuando cambia de color por estar cierta temperatura, humedad y tiempo en hornos artesanales. Este proceso, además de potencializar los nutrientes, cambia el sabor y lo puedes transpirar.

La mantequilla de ajo negro es ahora mi favorita del mundo y es súper fácil de hacer, solo necesitas 50 gramos de ajo negro de Mamá de Rocco, 120 gramos de mantequilla sin sal y sal de mar. La preparación es muy sencilla: machaca los ajos con un tenedor hasta lograr pedazos pequeños. Ablanda la mantequilla con con una batidora o con la mano. Después, mezcla la mantequilla con el ajo y móntalo en un recipiente para poner sal de mar crujiente encima. Con un buen pan y jamón o salami rico, es un aperitivo delicioso.

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