Residente

Sabores que cruzan el mundo y regresan a casa

Sabores que cruzan el mundo y regresan a casa

Redacción por: Olga Zambrano

De dumplings y kimchi a galletas con romero y panqués: lugares para antojarse, regalar y repetir.

Hace dos años, mi hija Isa tuvo la oportunidad de viajar un trimestre a estudiar a Hong Kong, China. Donde se enamoró de su gastronomía y cada que viene de visita nos sugiere explorar lugarcitos con comida original asiática. Así di con el Taiwán Dim Sum en Simón Bolívar. Tiene los mejores dumplings que he probado en México y ha sido reconocido en reportajes.

También está el restaurante coreano Seúl en Centrito. Te sorprende desde que entras. Chiquito, no mucha gente, música k-pop, el mesero medio que entiende español. Te entrega un menú muy amplio con fotos y descripciones, no hay problema de comunicación. He ido tres veces en cuatro meses. Con Isa dos, con Robi la última y todo lo que hemos pedido delicioso. Te reciben con tres platitos, la botanita de la casa: kimchi, algas al vapor y germinado de soya. Tienen guisos de res, puerco, pollo, mariscos. Tantas combinaciones te vuelven un poco loco pero no tienes pierde porque la sazón está increíble. Lo que pidas te va a encantar. Arroces, caldos, fideos, rollos, croquetas… Los postres se llevan tres páginas del menú. Muchos y muy variados. Galletas, helados y combinaciones de Corea. Bebidas desde limonada, té verde frío y caliente, bebida de arroz, canela, aloe, pera, vino blanco de arroz, hasta cerveza. Está en Río Orinoco 420. Te va a sorprender y los precios no los vas a creer.

El mes pasado quedó pendiente Montacometa y Taller de Café Azúcar Morena. Ya se nos está haciendo costumbre, después de comer los sábados, ir al postre y café a Río Manzanares, donde están ambos negocios, a media cuadra de Gómez Morín. Es la combinación perfecta. A Isa le va a dar celos otra vez porque no ha ido. Montacometa es una “pasteleria”, así entre comillas porque es mucho más. Un concepto muy limpio, desde su diseño, cómo pides y te atienden, pasando por la calidad de ingredientes que utilizan, hasta la experiencia y creatividad de las Alanís. Cuatro hermanas desarrollaron este lugar muy de casa, familia y tradiciones. Encuentras pasteles, muffins, galletas, panqués, arroz con leche, paletas de cheesecake, sándwiches de nieve. Riquísimo y súper diferente. Siempre sacan novedades con ingredientes regionales de temporada. Mis favoritas son las galletas de mantequilla con romero.

El panqué de aceite de oliva es una delicia y lo están ofreciendo sobre pedido para regalos de Navidad y posadas. La presentación espectacular. Igualmente el panqué de miel con whisky y de piloncillo/cocoa. Estos no los he probado pero sólo de leer la descripción ya estoy lista para hacer mis pedidos. Compra local, regala México artesanal en esta época.

El café Azúcar Morena es el mejor que he probado localmente. Voy mínimo cuatro veces a la semana. La reseña amerita al menos media columna, por lo que lo vuelvo a dejar pendiente. No me esperen, ¡vayan!