Aprovechar la Cuaresma para “equilibrarnos”

Redacción por: Sandra Estrada
Cuaresma es un buen momento para experimentar, no sólo con recetas de pescados y mariscos, sino con recetas vegetarianas y veganas.
Ya sea por motivos religiosos o meramente ecológicos y de salud, la nuestra y la del medio ambiente, a todos nos vendría bien bajarle un poquito a la proteína animal y aprender a hacer una comida completa utilizando sólo ingredientes vegetales.
Leonardo di Caprio en el documental “Before the Flood” nos recuerda lo que ya se nos venía diciendo hace mucho: la industria cárnica contamina más el suelo, el agua y el aire que cualquier otra cosa. De hecho, con más emisiones de gas que todos los vehículos de transporte del mundo – y más que todas las otras fuentes combinadas. Simplemente no es sustentable continuar a este ritmo de producción y consumo, y lo poco o mucho que podamos disminuirlo para comerla de manera más esporádica y consciente, ¡mejor será para todos!
No creas que esto significa sólo comer verduras. Ahí viene el típico “¡Es que no me voy a llenar!”. Comer balanceado significa darle su dosis de proteína, carbohidrato y grasa al cuerpo. Y la proteína animal se puede suplir perfectamente combinando dos grupos de alimentos: los granos / cereales y las leguminosas.
Por eso, realmente la dieta del mexicano de arroz y frijoles (y maíz y un poco de carne) no está nada mal. Tanto los granos como las leguminosas son proteína incompleta, pero al combinar sus aminoácidos, se completan. Esto significa que estos alimentos no contienen por sí solos todos los aminoácidos que el cuerpo necesita, pero que al combinarlos, ya sea en una misma comida o simplemente comerlos en algún momento del día, nos proporcionan la totalidad de aminoácidos que requerimos para funcionar óptimamente.
Quiere decir que cualquiera de estas opciones sustituiría perfectamente tu comida, para uno de esos viernes de Cuaresma:
– Arroz con brócoli, ensalada verde y un caldo de frijol en bola.
– Un elote (con limón, mayonesa y chilito) con una sopa de lentejas y verduras picadas.
– Una tabule de quinoa con garbanzos y pico de gallo, le puedes agregar una ensalada de nopalitos con aguacate.
– Tortitas de mijo o amaranto acompañadas de un hummus con aceitunas.
– Ceviche de cebada y edamames preparados.
Cualquiera de estas cosas la encuentras en internet si no sabes prepararla, y también puedes buscar muchas más ideas. Lo importante es que recuerdes que un grano como el maíz, arroz, quinoa, amaranto, mijo, centeno o cebada, combinado con una leguminosa como frijol, lenteja, garbanzo, haba, alubia, ejote y frijol de soya hacen una proteína completa. De hecho la quinoa y el amaranto ya lo son, por lo que no necesitas ni combinarlas (aunque te dará más variedad de opciones hacerlo).
Si todavía te preocupa la cantidad de proteína que ingieres puedes agregar aguacate a tu ensalada (el cual es una proteína completa) y dos cucharadas de semillas de hemp, que te estarán proporcionando casi diez gramos extra de proteína.
¡Todo sea por un consumo más consciente y más equilibrado!