El calor del hogar, la esencia de la familia, el sosiego del hábitat... donde uno existe, conlleva al universo y conspira a mayor grandeza. No existe mayor confort que el del alma mater, del entorno que a uno rodea, inspira y aumenta día con día.

La centralidad de ideas se amplía cuando uno está en su elemento. Busquemos esa paz ambiental para reimaginar el hoy.

En esta ocasión, nos inspiramos en el tradicional sabor de casa de aguas frescas. Eligiendo una base familiar de tamarindo, reinterpretamos el sabor ligeramente ahumado del mezcal Papalote al combinarlo con la sensual textura del aceite de oliva para una bebida refrescante, con una nota ligeramente salada y una textura digna de maridaje con cualquier creación de la cocina mexicana.