Etiqueta Restaurantera
La etiqueta se define como “una serie de normas impuestas por la sociedad basadas en la lógica, el sentido común y la experiencia”. En el pasado se creía que sólo aplicaba para las clases altas o los eventos de alcurnia, sin embargo, en los países de alto desarrollo gastronómico como el nuestro, ya se comienza a entender la importancia de la etiqueta en la interacción culinaria del día a día. Desde el Fast Food hasta Fine Dinning, tanto los anfitriones restauranteros como los comensales, deben respetar estas normas. Si bien, la infracción a las reglas de etiqueta no conlleva consecuencias claramente establecidas, es importante mencionar que sí dañan el tejido social y la interacción sana entre los individuos, además lastiman el negocio restaurantero que tanto ayuda a la economía local. El constante atropello a las reglas de etiqueta que se vive en Nuevo León es muy notorio cuando se compara con otras regiones de México y el mundo. Basados en consejería de expertos locales y extranjeros presentamos en esta sección las distintas reglas que deberán acatarse, si queremos tener mejores experiencias gastronómicas.
Del restaurant al comensal
La cuenta: El restaurante se obliga a tener el mayor cuidado con lo que cobra. En caso de ser descubierto en una duplicidad de cobros, deberá tener la cortesía de hacer un descuento de hasta el 100% por la gravedad del error.
Regresar platillos: El restaurante debe aceptar la devolución de un plato, sin cobrarlo y sin mayor discusión. En caso de abuso por parte del comensal, el restaurante lo puede vetar, a futuro, reservándose el derecho de admisión.
Baños: Los baños son el punto débil de muchos restaurantes. Estos deben tener una rotación de limpieza cada hora, mínimo, con retiro puntual de basura y proveyendo los insumos necesarios.
Obligar a consumir: Ningún restaurante puede obligar al comensal a consumir o pagar por algo que no pidió de manera explícita. Cuando el restaurante tenga algún acompañamiento que se cobre aparte, el mesero debe preguntarlo claramente.
Agua de mesa: Todo restaurante está obligado a proporcionar agua de mesa limpia y con hielos sin ningún costo. La práctica de forzar la venta de agua embotellada debe ser siempre rechazada por los comensales.
Precios: El abuso en los precios se ha vuelto común, especialmente en lugares que sirven platos para compartir. Es tarea del restaurante tener referencias informadas sobre sus precios.
Tiempos: El restaurante debe avisar cuando la comida tardará más del tiempo promedio, que debe ser de 5 minutos máximo, para fast food, y 15 como máximo en fine dining, una vez servidas las bebidas
Del mesero al comensal
Hablar de tú: No debe hablarse de “tú” al comensal, aún si su approach es amable o relajado. En el trato “de tú” se interpreta al comensal, y este criterio no debe intervenir en el servicio.
Cruzarse: El mesero nunca debe cruzar su brazo por enfrente de la cara del comensal. Esto obstruye su acceso al plato y al resto de los comensales.
Meterse: Nunca se debe intervenir en la conversación de la mesa, hacer comentarios sobre los temas que tratan los comensales, ni reírse de los chistes de la mesa.
Vender: Nunca se debe presionar al comensal a que elija ciertos ítems del menú. Es decir, no se debe insistir en el consumo de cierto platillo.
Interacción: Se debe girar hacia el mesero cuando se le habla, como a cualquier otra persona en una conversación. El trato déspota, verbal o corporal, está prohibido sin excepciones.
Titubear: Si el comensal se queja de un platillo, el mesero deberá acceder al cambio del platillo, sin discutir ni titubear. En caso de percibir abuso, deberá remitir el problema al gerente.
Ignorar: La “mirada al horizonte” es una falta grave. Un mesero debe ver hacia las mesas siempre: si nota un llamado, debe indicar al comensal, con la gesticulación adecuada, que ya lo vió y canalizar su necesidad.
Cambio de plato: En los restaurantes de alta gama, el mesero siempre deberá preguntar al comensal si requiere cambio de plato. .
Retiro de plato: Un mesero nunca debe llevarse los platos que parezcan desocupados, sin antes pedir permiso para retirarlos. El mesero debe esperar, sin mostrar impaciencia, a que el comensal haya terminado.
Del comensal al mesero
Hablar de tú: No debe hablarse de “tú” al mesero, aún si es más joven. En el trato de “tú” se interpreta a la persona, y es preferible evitar cualquier malentendido que pueda faltar al respeto.
Respeto: Es fundamental que el comensal tenga presente, en todo momento, que el mesero, si bien está en un puesto de servicio, es una persona a la que debemos tratar con cortesía, sin ningún tipo de desprecio ni agresión.
Pelear: En los restaurantes de alta gama, el mesero siempre deberá preguntar al comensal si requiere cambio de plato.
Llamar: Debemos llamar al mesero levantando la mano. Si está cerca, podemos decirle “disculpe”, o llamarle por su nombre si lo lleva en el gafete. No debemos pararnos, gritarle, o hacerle ruidos como “psst psst”.
Interacción: Se debe girar hacia el mesero cuando se le habla, como a cualquier otra persona en una conversación. El trato déspota, verbal o corporal, está prohibido sin excepciones.
Congruencia: Por regla básica de etiqueta el comensal se obliga dejar de asistir a un restaurant que ha cometido un abuso en precios o cualquier otra regla de etiqueta también a recomendar a aquel establecimiento que le haya dado un servicio, calidad y precio extraordinarios.
Abusos: El comensal no podrá pedir bonificaciones o descuentos, ni hostigar al restaurante con caprichos. Su exigencia debe ajustarse al tipo y categoría de restaurante en el que se encuentra.
Baños: El comensal se obliga a no dañar las instalaciones ni los insumos de baño proporcionados por el restaurante; y a mantener una interacción respetuosa con otras personas al interior de los baños.
Mesas: El comensal se obliga a no dañar las instalaciones ni los insumos del restaurante, y a evitar toda interacción inapropiada con los comensales de otras mesas.
Entre comensales: con amigos
No cruzarse: Los comensales deben optar por pedir por favor a los demás, los platos o condimentos que les queden lejos; en lugar de atravesarse con torso y brazos, para alcanzarlos a toda costa.
Conversaciones que incomodan: Todo comensal debe abstenerse de gritar en la mesa, proferir obscenidades e insultos; y de abrir temas de violencia, sexo o escatología, que pueden incomodar y son absolutamente incompatibles con la ingesta de alimentos.
Modales: Debemos masticar en silencio y con la boca cerrada. Mostrar los alimentos al hablar puede resultar desagradable para los demás comensales.
Compartir: Solamente los platos que se hayan pedido para compartir, son para todos. Atengámonos de comer de los platos de otros comensales.
Pago proporcional: En comidas o cenas con amigos, debemos acordar el pago por partes iguales, entre unidades de familia o pareja.
Mujeres solas: Igualmente, cuando hay mujeres solas en minoría, su consumo debe absorberse entre los comensales y dividirse entre las unidades de familia o pareja.
Consumo excesivo: Si bien los comensales que hayan consumido menos, deben pagar por partes iguales, cada quien debe ofrecerse a pagar extra, si es que su consumo ha sido excesivo con relación a los demás.
Socios: Si alguno de los comensales es socio del restaurante en cuestión, no debe pedir platos sin consultar a los demás. Además, debe ofrecer un descuento voluntario, o mejor aún, pagar el total de la cuenta.
Entre comensales: en pareja
Peleas: Los comensales que asistan al restaurante en pareja, deben evitar toda clase de peleas y palabras altisonantes, que puedan incomodar a las otras mesas y al personal de servicio.
Alcohol: Los restaurantes no son un espacio para el consumo excesivo de alcohol. El comensal deberá limitar su ingesta de alcohol al tiempo razonable que le tome ingerir sus alimentos.
Trabajo: El comensal debe limitar su tiempo de trabajo en línea, cuando se trata de un restaurante. Los tiempos de ocupacion de una mesa no deben de exceder las 2 horas y siempre con un consumo de alimentos.
Recato: Toda pareja debe mantener la compostura dentro de un restaurante, sin olvidar que se trata de un espacio público donde debe reinar la discrección y la convivencia armoniosa.
Entre comensales: con niños
Espacios familiares: No debemos asistir con niños a lugares concebidos para adultos y mucho menos en horarios inadecuados para niños, debemos elegir lugares familiares donde los niños puedan estar a gusto igual que los demás adultos.
Pañales: No se deben cambiar pañales en el área común de un restaurante bajo ninguna circunstancia. Sobra decir que este tipo de actividades deben reservarse para los cuartos de baño.
Ruido: Los restaurantes son espacios públicos, debemos cuidar que nuestros hijos no hagan ruido excesivo o intervengan en la dinámica privada de otras mesas.
Salir: Si es necesario, debemos salir del salón principal del restaurante con nuestros niños, en caso de que estén llorando o gritando.
Entre comensales: de negocios
La cuenta: Cuando se trata de una comida o cena entre proveedores y clientes, los proveedores siempre deben pagar el total de la cuenta.
La despedida: Los clientes no se pueden ir antes de que la comida o cena haya terminado. Se trata, a final de cuentas, de una reunión con cierta formalidad y los participantes deben irse juntos.
Compartir platos: El proveedor tiene el derecho (no la obligación) de pedir para compartir, en caso de que el restaurante se preste a este esquema.
Lenguaje: No se debe hablar con albures ni dobles sentidos, que se presten a equívocos. Debe evitarse todo tipo de lenguaje o actitud que pueda interpretarse como acoso.
Prudencia: El cliente no debe pedir, ni presionar para que se pidan botellas y platillos excesivamente caros o suntuosos.