XVI. Pollo empanizado
Ilustraciones Anais Quintanilla
Hay algunos platillos que son tan básicos y nostálgicos que es imposible olvidarse de su existencia. Las milanesas de pollo empanizadas son de esos que siempre vienen a la memoria y se antojan en los momentos más extraños. Recuerdo que cuando era más pequeña eran de mis platillos favoritos y siempre que mi mamá las preparaba me hacía muy feliz.
Regresando al día de hoy la verdad es que no me gusta consumir pollo muy seguido, las historias de terror sobre este tipo de carne abundan (maltrato animal, demasiadas hormonas, mal sabor, etc). Usualmente la carne que se consigue en el supermercado no es de la mejor calidad, más bien siempre tiene un aspecto extraño y dudoso, aún así, cuando encuentras una buena pechuga o milanesa o te lanzas a tu pollería de confianza para comprar carne de calidad, vale la pena preparar una buena empanizada.
La persona que prepara las mejores milanesas es mi abuelita, empanizado parejo y perfecto, doradas y crujientes y carne perfectamente sazonada. Es maravilloso comer algo tan sencillo pero cocinado a la perfección. Empanizar una milanesa puede ser un trabajo difícil pero no imposible y si sigues estos pasos te prometo que obtendrás un empanizado casero magnífico.
El primer paso es tener una buena milanesa. Busca en tu supermercado carne de calidad o acude a una tienda especializada que ofrezca pollo lo más fresco posible, en verdad hace la diferencia empezar con buenos ingredientes. A mí me gusta cortarla en tiras pero puedes utilizar pedazos grandes. Hay que marinar la carne, para esto combina una taza de leche, una cucharadita de polvo de ajo y una cucharadita de sal. Remoja las milanesas unos 15 min.
Para el empanizado necesitamos pan molido y un recipiente hondo. Lo importante es que puedas colocar la pieza entera, agitarla ligeramente para cubrir bien con el pan molido y darle vuelta. Este paso para mí es el más importante porque cuando pones el pan molido sobre un plato extendido y presionas no se cubre toda la superficie de la milanesa, además se van formando grumos y no se logra un empanizado uniforme. Utilizar una cajita o recipiente con paredes te permite cubrir toda la superficie sin tener que presionar la carne.
En una sartén pon a calentar aceite, suficiente para cubrir toda la milanesa. Es importante utilizar suficiente aceite para lograr un dorado crujiente. Hay que freír tres minutos de cada lado o hasta que quede bien dorada (ten cuidado de que no se oscurezca demasiado para no resecar demasiado el pollo). Retira del fuego, colócalos sobre un papel absorbente y deja enfriar unos minutos. Sírvelo acompañada de puré de papa.
¡Nos vemos la próxima semana!
Anais
Ingredientes
500 gr de milanesa de pollo
1 taza de leche
1 cdita de polvo de ajo
1 cdita de sal
200 gr pan molido
Aceite