29 de octubre del 2018

¿Cómo escoger un buen vino?

Conocer qué uvas nos gustan, saber nuestro presupuesto, elegir de acuerdo a la ocasión, y más, son datos importantes para comprar vino.
Redacción por: Sommelier Aura Toledo
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Generalmente cuando nos acercamos al mundo del vino, solemos hacerlo por dos razones: la primera puede ser porque es un gusto personal, es decir, que el tema nos apasiona y queremos aprender a disfrutar de los vinos que degustamos. En cambio, la segunda se refiere al interés por saber cuestiones técnicas acerca del vino. Cabe señalar que ambas razones nos conducen a hacer una selección del vino adecuada a nuestras posibilidades económicas y de gustos. Por lo que, en esta ocasión, he decidido escribir esta nota sobre los elementos a considerar para elegir un buen vino. El mercado actual nos ofrece una amplia variedad de marcas, las cuales pueden hacer que se complique nuestra decisión de compra.

 

Con el fin de tener una guía básica para elegir un vino, a continuación, enlistaré algunos elementos que nos faciliten la compra de vino:

 

Considerar que no todos los vinos son para todos, ya que habrá uvas que no nos agraden por los sabores o aromas que produce o bien regiones que no son nuestras favoritas por el tipo de vinos que produce.

 

Conocer nuestro presupuesto, es importante tener en cuenta la cantidad de dinero que queremos invertir en la compra del vino, ya que eso nos permitirá establecer el rango de calidad de nuestras opciones.

 

Informarse sobre las bodegas o vinos que han sido galardonados en los diferentes concursos mundiales o bien se puede optar por consultar las listas de vinos con mejores puntuaciones. Cabe mencionar que escoger un vino basado únicamente en la opinión de alguien más puede resultar contraproducente. Esto es, porque, seleccionar un vino, también es una cuestión de gusto y habrá que tomar en cuenta que cada persona tiene un gusto particular.

 

Elegir de acuerdo a la ocasión, es decir, cada vino tiene una función dentro del menú. Por ejemplo, los espumosos suelen utilizarse para un brindis o bien para celebrar compromisos especiales, mientras que los tintos y blancos son ideales para acompañar alimentos.

 

Identificar la información contenida en la etiqueta. Los datos son: el nombre del vino, el año, el tipo de uva, el lugar de origen, bodega y graduación alcohólica. Esto nos darán una idea de la calidad del vino, pues regiones como Burdeos, Ribera del Duero, la Rioja o el Valle de Guadalupe son denominaciones que nos garantizan calidad.

 

Hacer un listado sobre los principales países productores, así como por las uvas que mejor se cosechan en dichas regiones.

 

Comprar en tiendas especializadas, ya que generalmente los supermercados no son los mejores lugares para adquirir el vino, pues no todos cuentan con las condiciones mínimas para conservarlo en buenas condiciones.

 

Mantener una actitud abierta hacia las sugerencias, ya que nos podemos llevar una sorpresa agradable.

 

Considerar el alimento con el cual se va a acompañar.

 

Llevar un registro de los que se degustan. En la actualidad existen diferentes apps como vivino, la que nos permite calificar e intercambiar opiniones.

 

Finalmente, debemos de tomar en cuenta que los mejores vinos siempre dejan un recuerdo en nuestra memoria, por lo que hay que tener cuidado de no olvidar su nombre.

Bebidas - Vino
19 de octubre del 2018

El vino mexicano hoy en día

Ya es fácil visualizar un platillo mexicano acompañado de un vino nacional, gracias a los cambios de consumo.
Redacción por: Aura Toledo
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El consumo de vino mexicano en el 2006 era de 240 ml per cápita y  para el 2016 se incrementó hasta 750 ml, así lo señala Gabriel Padilla Maya, director general del Consejo Mexicano Vitivinícola. Además, señala que sólo el 20 por ciento del consumo es de vino mexicano, mientras que 70 por ciento es de producto chileno, argentino o francés y el 10 por ciento restante es de otras regiones. Esto muestra el interés de los mexicanos por la cultura del vino. Dicho mercado ha revolucionado gracias a la incursión de gente joven dentro de la industria, quienes se han encargado de proponer nuevas formas de consumo. De manera general, estos cambios abarcan dos ámbitos. El primero es el tipo de vinos que se están ofertando en el mercado y el segundo son las tendencias de maridaje.

 

La revolución de las etiquetas
En la actualidad existen etiquetas cuyos diseños resultan más atractivos que los que se encontraban hace algunos años. En cuanto al contenido, éstas son más descriptivas e informan al cliente sobre la manera en que se debe consumir la bebida. Con esto se ha dejado de lado las etiquetas austeras, que hasta cierto punto demandaban un mayor conocimiento sobre el vino. Así, se pueden encontrar botellas con nombres más fáciles de recordar. Tal es el caso de: convertible rojo, Paula, Casa Grande, o Mariatinto, entre otros. Como consecuencia, el acercamiento al vino ha sido menos complicado y más personal. Lo cual ha generado que el comensal se sienta con la confianza de que su elección no será errónea.

 

La tendencia en el maridaje 
La diversidad de vinos que conforman el mercado actual ha generado que exista una mayor flexibilidad en torno a las reglas del maridaje clásico. Esto da pie a la creación de nuevas propuestas por parte de los chefs, las cuales están inspiradas en vinos de diversas regiones y cocinas del mundo.

 

Uno de los conceptos básicos para establecer un maridaje es la armonía. Ésta consiste en generar una sensación agradable a través de la combinación de elementos similares del vino y la comida. Por ejemplo, si decidimos abrir una botella de riesling jóven, que se caracteriza por sabores a melocotón, manzana, toronja, miel, rosas y una acidez refrescante, es decir que posee una acidez que no molesta nuestras papilas gustativas, éste se debe acompañar con platillos asiáticos, como el sashimi, el sushi o pescados asados, puesto que la acidez y los sabores herbales del vino se llevan bien con este tipo de sabores. Por otro lado, si lo quisiéramos combinar con platillos de origen mexicano, podríamos pensar en un ceviche, en un pescado zarandeado o bien en un aguachile. Otro tipo de maridaje es el que se hace con el vino y la comida urbana o los antojitos callejeros, los cuales acompañan diversos tipos de vino, como un cabernet, merlot o bien un espumoso. Se han puesto de moda gracias a la curiosidad del comensal.

 

Finalmente, creo que el vino nacional ha comenzado a formar parte de las mesas de los mexicanos, es decir, ya visualizamos un platillo mexicano acompañado de un vino del país, el cual puede ser blanco, tinto o espumoso. Esto es relevante desde el punto de vista gastronómico puesto que se va conformando una cultura del vino en México más sólida de lo que era hace algunos años.

 

 

06 de abril del 2018

La uva Syrah o Shiraz

La tendencia de consumo actual se inclina hacia una coctelería con sabores refrescantes.
Redacción por: Aura Toledo
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La uva shiraz o syrah es una de mis uvas preferidas y a la cual le tengo cariño, ya que fue la primera uva con la cual pude distinguir los diferentes tipos de aromas que hay en el vino. Además, es una varietal que hace vinos aromáticos, frutales y una de sus cualidades es que contribuye a aumentar la capacidad de guarda en los vinos tintos.

 

La uva syrah, es una de las cepas más antiguas en cultivarse, así como en elaborar vinos complejos y densos. Se cree que los primeros vestigios de semillas de uva eran de la época de los persas, puesto que fue en la Meseta de Irán en donde se encontraron. Actualmente, su origen se le atribuye a Francia pues fue ahí en donde se extendió su cultivo, específicamente en el Valle del Ródano.

 

Algunos sommeliers afirman que esta uva llegó a sustituir al cabernet sauvignon gracias a sus atributos, puesto que es más elegante en boca, más atractiva a la vista y , además, desarrolla vinos con aromas sutiles y delicados que resultan irresistibles. En lo particular, les recomendaría que probaran el syrah de la bodega Monte Xanic, o bien el shiraz de Casa Madero, ambos mexicanos.

 

A continuación, enlistaré algunas de sus principales características:

 

Es la tercera uva en importancia en el cultivo y elaboración de vinos en Francia

 

Participa en la elaboración de vinos de mesa, así como en vinos de gran añejamiento y guarda.

 

Produce vinos tintos opulentos, vigorosos y con gran cantidad de taninos y materias colorantes.

 

En el Nuevo Mundo, se le conoce como Shiraz mientras que en el Viejo Mundo específicamente en Francia, Syrah.

 

Participa en la elaboración del Chateauneuf du Pape logrando darle un fino acabado al vino.

 

La uva syrah o shiraz se adapta a dos tipos de clima mediterráneo, o bien, continental, en los cuales producirá estilos de vino diferente, siendo más abocados y frutales, en climas cálidos.

 

Los aromas que vamos a encontrar en copa son: higos frescos, frambuesas, fresas, ciruelas y arándanos. Por otro lado, si se mezcla con el merlot el vino desarrolla aromas a: higos, notas ahumadas, tabaco, frambuesas, vainilla, especias, cuero y mentol.

 

El maridaje sugerido es con comida mexicana, alimentos ahumados, carnes asadas al carbón, salsas de sabor intenso como a pimienta, queso cabrales y si quisiéramos experimentar con comida mexicana encontraríamos algunas opciones como el mole, los adobos, entre otros.

 

Los vinos de uva syrah, se recomiendan consumirse a una temperatura de 14ºC, si es que son jóvenes, y a 18ºC, en caso de que sean más complejos.

 

 

08 de marzo del 2018

Cocteles con vino

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El mercado actual está diversificándose en distintos estilos y formas de consumir el vino. Sin embargo, uno de los temas que resulta controversial es el de la coctelería con vino. Generalmente, las opiniones se dividen en dos grupos.
El primero considera que es un grave error hacer cocteles con vino, ya que se pierden sus características principales, como la tanicidad, la acidez, el aroma y el sabor.

 

Por el contrario, el segundo grupo, considera que hacer cocteles con vino, es una manera de hacer al vino más amable para el paladar, ya que al mezclarse con otros destilados, licores y frutas lo convierten en una bebida refrescante, ligera y hasta dulce.

 

Para un sommelier, es difícil mostrar una postura en cuanto a estas dos opiniones, ya que en temas del gusto nadie puede establecer qué es lo correcto y qué es incorrecto. Sobre todo si se trata de algo tan subjetivo como el gusto gastronómico, según establece el Dr. Mansur. En su artículo: “De gustos y Disgustos”, señala que “el gusto del paladar es un gusto que se relaciona con el agrado, lo cual dificulta que se sigan las reglas de gusto preestablecidas, debido a que cada persona tiene una forma de sentir diferente y su elección no siempre coincidirá con la del resto”.

 

Por lo que considero que, la coctelería con vino es un tema de elección y de contexto, es decir, hay personas que eligen ir a comer una buena pizza y beber un clericot en un día cálido y esto es válido, ya que un tinto en una zona geográfica cálida no siempre es la opción. O bien, habrá personas que prefieren una mimosa, en lugar de una copa de espumoso.

 

Me parece que el vino como base de la coctelería ha sido poco explotado y, en ocasiones, enjuiciado severamente por los ortodoxos del vino. Sin embargo, creo que los cocteles, que se han creado inspirados en los sabores y aromas del vino, han logrado posicionarse dentro del gusto del público, como le ha sucedido al clericot, las mimosas, el bellini, el kalimotxo, el blanc cassís, entre otros.

 

La tendencia de consumo actual se inclina hacia una coctelería con sabores refrescantes elaborada con frutos rojos, hierbas aromáticas, especias y vinos ligeros, ya sea tintos, blancos, espumosos o rosados. Cabe señalar que si se utilizan vinos de mejor calidad, los cocteles, por ende, serán mejores, aunque para disfrutar de un buen coctel con vino, sólo basta una buena compañía, un ambiente propicio y saber disfrutarlo.

 

 

08 de enero del 2018

Apuntes sobre la uva Cabernet Sauvignon

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Es una de las uvas que produce la mayor cantidad de vinos varietales y considerada como una de las más nobles, ya que se adapta a cualquier tipo de suelo. Su origen se remonta a Burdeos, Francia, en donde forma parte de la mezcla bordalesa tradicional, junto con el Merlot, Cabernet Franc y ocasionalmente la Syrah.

 

La Cabernet Sauvignon también participa como mezcla para lograr aumentar la capacidad de añejamiento y guarda de un vino. Por ejemplo, en Ribera del Duero se utiliza para el envejecimiento de grandes vinos como el Vega Sicilia, el Carmelo Rodero o el Pingus. Esto se debe a la forma en que es cultivada, ya que en climas fríos logra taninos ásperos, mientras que en climas cálidos llega a ser más dócil y ligera, lo cual se apreciará en el paladar.

 

Aromas característicos de la uva
Los aromas primarios del Cabernet Sauvignon son frutos rojos, específicamente a grosellas, cereza negra, pimiento verde y pimienta negra. Éstos los podremos apreciar en distintas intensidades, dependiendo de la región de donde provenga el vino.

 

El Cabernet Sauvignon en la copa
En copa, desarrolla notas a frutos rojos como cerezas, blue berrys, grosellas, además de sensaciones picantes, como la pimienta, el clavo o la canela; y la parte herbal, como la del mentol o pino. Cabe comentar que si el vino tiene un paso por la barrica, éste tendrá notas a cuero, vainilla o chocolate, dependiendo del tipo de barrica en la cual se añeje. De manera general, un vino elaborado de Cabernet Sauvignon será potente en boca y podrá llegar a tener un ataque alto, lo que puede ser molesto para algunos paladares.

 

Países productores
Francia, EUA, México, Chile, Argentina y Australia.

Las mejores regiones son Burdeos en Francia, Napa Valley en EUA, y Aconcagua en Chile.

 

Maridaje sugerido
Cortes de primera calidad: filete, rib eye, T-bone, etcétera.

 

Pescados ahumados.
Platos especiados: cocina hindú o tailandesa.

 

Alimentos cocinados al carbón.
Quesos fuertes: roquefort, Bavaria, cabrales, camembert, emmenthal.

 

 

 

01 de octubre del 2017

Las fiestas de la vendimia

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El verano es la época ideal para salir de vacaciones y disfrutar de las distintas opciones que nos ofrece nuestro país y el mundo. Desde la perspectiva gastronómica, considero que uno de los viajes que todo amante del vino debe hacer es la de visitar un viñedo, y qué mejor si es mexicano.

 

La primera bodega que visité en México hace algunos años fue Casa Madero y recuerdo que lo que más me impresionó, aparte de la belleza arquitectónica de la bodega, fue el cuidado y el amor que le tienen los viticultores a la vid. Ellos y los ingenieros son los que se encargan de hacer que la uva crezca y madure de la mejor manera dentro de las condiciones naturales del viñedo, es decir que saben lo importante que es la uva para producir un vino de calidad.

 

Visitar un viñedo durante el verano suele ser más atractivo que durante el proceso de vinificación, puesto que a lo largo de estos meses (julio y agosto) aún podemos ver sus colores: los tonos verdes de las hojas, el rojizo del suelo, las bayas de uvas perfectamente moradas y qué decir del atardecer aquí, es uno de los mejores espectáculos.

 

Dentro de este contexto, durante estos meses se celebran en nuestro país las fiestas de la vendimia. En éstas las casas productoras como Casa Madero, Monte Xanic, Rivero González, Freixenet, L.A. Cetto, etc., conmemoran con una fiesta el inicio del proceso de vinificación, el cual comienza con la cosecha de la uva o vendimia y a las cuales se les conoce con el nombre de Fiestas de la vendimia. Estas celebraciones son importantes para los productores de vino, pero sobre todo lo son para los viticultores ya que son ellos quienes se encargan del cuidado de la vid durante los meses en los que está en el viñedo.

 

Origen de las fiestas de la vendimia
Estas fiestas tienen su origen en las Vinalias, que eran celebraciones que ocurrían durante la época romana y en las que se honraba a Júpiter y a Venus, dioses encargados de proteger los cultivos, las viñas y la vendimia de la uva. Cabe mencionar que estas fiestas llegaron a ser tan importantes a lo largo de la historia del hombre que se representaron en distintas obras de arte.

 

Con el transcurso del tiempo se fueron convirtiendo en fiestas representativas de las regiones vinícolas del mundo, como Francia, España, México, y demás, y de las bodegas, ya que se celebraba el nacimiento de un vino nuevo.

 

“Da buena cava a tu viña, y tendrás buena vendimia.”

 

En la actualidad, las fiestas de la vendimia aún conservan su valor cultural, sin embargo ahora se planean con una serie de eventos culturales, música, comida y vino. Esto las hace vistosas, alegres y con un ambiente único. Generalmente asistir a este tipo de celebraciones tiene un costo el cual suele ser poco accesible, sin embargo es una experiencia que vale la pena vivir.

 

 

01 de septiembre del 2017

Degustando con profesionales

Tuve la oportunidad de estar cerca de grandes personalidades dentro del mundo del vino.
Redacción por: Aura Toledo
Fotografía por: internet

Hace un par de semanas tuve la fortuna de ser invitada a una cata en el Hotel Four Seasons de la ciudad de México. Cabe mencionar que en esta cata se reunieron 36 sommeliers de talla internacional como: Sandra Fernández, Georgina Estrada, Pilar Meré, Tomás Salazar, Pablo Mata, Pedro Poncelis, entre otros. El propósito de ésta fue la de evaluar la calidad de 244 distintos tipos de vinos de diferentes países y bodegas.

 

La relevancia de este evento, no solo dentro del ámbito comercial sino dentro del mundo del vino, es por dos motivos: El primero fue el reconocimiento que se le hizo a la Master Sommelier Sandra Fernández por su trayectoria dentro del mundo del vino en México. Sandra Fernandez inició su carrera hace 17 años y con ella empezó la formación de toda una cultura del vino en nuestro país, basada en el estudio, el esfuerzo y el trabajo en equipo con sus colegas sommeliers, chefs y medios de comunicación. Cabe mencionar que una de las aportaciones de Sandra Fernández fue la creación de los vinos 2V y 3V de Casa Madero. Sin duda, un merecido reconocimiento a una mujer que dentro de la industria del vino ha demostrado que los sueños se pueden cumplir.

 

Por otro lado, el segundo motivo que hizo a esta cata especial, fue que Andreas Larsson estuvo como invitado especial. Para los que desconozcan quién es este Sommelier, les cuento que Andreas Larsson tiene 18 años de experiencia dentro del mundo del vino y ha sido acreedor a diversos premios como al mejor sommelier del mundo en el 2007. Larsson, comenta que su vida profesional inició con la viticultura clásica, es decir probando los vinos franceses, los cuales le resultaron atractivos y apasionantes. Actualmente Andreas Larsson trabaja como Wine Director en el renombrado restaurante PM & Vänner en Växjo Sweden.

 

Debo decir, que fue una de las mejores experiencias que he tenido como Sommelier, ya que tuve la oportunidad de estar cerca de grandes personalidades dentro del mundo del vino. Además, han puesto el nombre de nuestro país en lo alto, ya que han sido jueces en distintos concursos de vino y aún así muestran una calidez humana y un conocimiento con respecto al vino digno de admirarse. Me parece que asistir a este tipo de eventos nos ayudan a los nuevos sommeliers a reafirmar la pasión por difundir la cultura del vino y de las bebidas. Tal como lo señala Newton en su carta dirigida a Robert Hooke: “Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”, gracias a esos gigantes por compartir su talento con nosotros.

 

 

01 de agosto del 2017

El terroir

El terroir o suelo es uno de los factores más importantes para determinar la calidad del vino.
Redacción por: Sommelier Aura Toledo
Fotografía por: internet

El vino es la expresión del terroir así como la variedad o variedades de uva que se utilizan para su elaboración. De acuerdo con los viticultores, se puede hacer mal vino a partir de buenas uvas, pero no buen vino de uvas malas. Esto es que el cultivo de la vid y la zona geográfica en la cual se encuentre el viñedo son de suma importancia para la elaboración de esta bebida.

 

En la tradición vitivinícola francesa existe un término conocido como terroir, el cuál se refiere al mesoclima en el cual crece la vid. Para los franceses, el suelo y la orientación del viñedo son factores determinantes para la calidad del vino, de ahí que tengan un sistema jerárquico conocido como: appellation controlée (apelación controlada). Ésta regula la producción y garantiza la calidad de lo que se produce en las distintas denominaciones de origen en Francia.

 

Cabe mencionar que los viñedos en aquel país están separados por una estrecha franja de terreno, la cuál delimita la ubicación de los viñedos. Estos tendrán distintos tipos de suelo lo que generará que la vid exprese en la copa las características de su entorno. Es decir que estas diferencias del suelo contribuyen a la producción de vinos elegantes, con carácter y bouquet.

 

Para ejemplificarlo, podemos mencionar las regiones vitivinícolas de Bordeaux y Bourgogne, en donde la geología facilita el trazo de un mapa de la calidad del vino. Por ejemplo: en la Borgoña, uno blanco de un premier cru, es decir de un viñedo que produce vinos de primera calidad, será elegante y agradable al paladar, sin embargo, difícilmente superará la grandeza de un grand cru, el cuál es considerado como el viñedo por excelencia que produce vinos exquisitos y únicos.

 

De esta manera, el terroir o suelo es uno de los factores más importantes para determinar la calidad del vino. Cabe señalar que para el cultivo de la vid, el suelo debe ser poco fértil y con buena capacidad para drenar el agua, ya que esto evitará la elaboración de vinos ligeros y con alto grado de alcohol, es decir una bebida de baja calidad.

 

Por el contrario, para producir vinos de calidad, los tipos de suelo recomendados para el cultivo de la vid son: la grava, la arcilla y la piedra caliza, puesto que permiten que la energía natural del sol madure y contribuya a generar  frutos de la vid sin producir muchas hojas ni abundantes frutos.

 

Así se cumple la afirmación de que el vino nace en el viñedo, puesto que sin la intervención del hombre se puede producir un vino de calidad. Lo cual en este mundo culinario se valora ampliamente. Cabe mencionar que cada tipo de suelo tiene características afines a las varietales que se cultivan. Por ejemplo: en la Borgoña una de las uvas que mejor se han adaptado a este tipo de micro limas es la chardonnay y uno de los mejores vinos es el chablis.

 

En el caso del Nuevo Mundo, el concepto de terroir se utiliza como un elemento que compone el microclima y que se suma a la producción de vinos de calidad. Sin embargo, aún no llega a tener el alcance y la importancia que tiene en Francia. Algunos países tienen un sistema jerárquico similar al francés como Estados Unidos o Australia.

 

 

20 de abril del 2017

La cata del vino

Dentro de mi actividad profesional me he encontrado con una discusión constante en relación a la objetividad de los juicios de gusto.
Redacción por: Sommelier Aura Toledo Escobar
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Por esto decidí escribir este artículo sobre el juicio de gusto y la cata del vino. La gastronomía y el mundo del vino se relacionan con el arte, la ciencia, la técnica, la historia y actualmente hasta con la tecnología. Cabe señalar que, dentro de este mundo, una de las prácticas más comunes es la expresión de juicios sobre la percepción que tenemos del vino. Algunos de estos juicios son opiniones particulares y otras veces son comentarios que provienen de gente con mayor experiencia en el ramo y por lo tanto logran influenciar con sus opiniones a un número significativo de consumidores. Tal es el del famoso Robert Parker Jr. o de Michell Roland, cuyas opiniones son importantes para la comercialización del vino a nivel mundial.

 

La interpretación del sommelier en una cata genera expectativas sobre lo que se va a consumir. Esto es que la experiencia sensorial provocada por un vino es un camino que nuestros sentidos recorren con el fin emitir un juicio de gusto, el cual pretende ser objetivo. La dificultad que presentan este tipo de juicios es que en su mayoría son percepciones subjetivas ya que según algunos autores la experiencia cambia de naturaleza según el sujeto perceptor, su punto de vista, sus vivencias y sus sentidos. Es decir que un juicio que se emite a partir de nuestros sentidos, difícilmente podrá ser objetivo, puesto que cada persona tendrá un gusto particular y hablará de ello de acuerdo a su propia experiencia de vida.

 

Por otro lado, los estudiosos de esta rama se han dado a la tarea de crear instrumentos que nos apoyen a evaluar la calidad de un vino, tales como: la ficha de cata, la técnica para catar y el entrenamiento adquirido por parte del sommelier. En una cata generalmente se establecen paneles de catadores para que a través del consenso en común se pueda llegar a un acuerdo. Para comprender qué es una cata, diremos que es nuestra capacidad para discernir con mayor precisión los sabores presentes en un vino, ésta debe ser objetiva y se deberán eliminar todas las influencias externas e internas que llegaran a permear en el juicio de los atributos de ese vino.

 

Recordemos que una cata se divide en tres fases principales, la primera es la visual, en la cual apreciamos el color, la densidad, el brillo y en caso de que sea espumoso se evalúa la burbuja. La segunda fase es la olfativa, en la que se distinguirán los tipos de aromas que se encuentran en el vino, tales como los primarios, secundarios y los terciarios y finalmente la fase gustativa, que es la preferida de todos que es la parte en la que probamos el vino. Hay que recalcar que a lo largo de la cata se van apreciando distintas características del vino, las cuales nos indicarán aspectos de su cultivo, elaboración y guarda.

 

En resumen, hay dos formas de apreciar un vino. La primera es la cata hedonista o subjetiva en la cual sólo necesitamos acompañarlo de un buen alimento o de una buena conversación con amigos para saber si nos gusta o no y la segunda es la cata analítica, en la cual es necesaria una formación profesional como sommelier. En lo personal, considero que, para degustar un vino, sólo se necesita estar abierto a las opciones y diferentes estilos de cada uno.

 

 

Vino - Helado y vino
30 de diciembre del 2016

Helado y Vino

Es usual acompañar los grandes platillos con excelentes vinos, para poder disfrutar de las sensaciones que el maridaje nos ofrece.
Redacción por: Erick Mendoza, sommelier
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El equilibrio entre los aromas, sabores y texturas de un platillo con la acidez, tanicidad y el alcohol de un vino, hacen la pareja perfecta que buscamos. Pero ¿qué hay de los deliciosos helados, que nos ayudan a refrescarnos con las temperaturas que hemos experimentado en éstos días? Ahí también podemos encontrar una amplia gama de sabores.

 

Si los postres son un tanto difíciles de maridar por su cantidad de azúcar, los helados son aún más especiales, porque son fríos y desinhiben las papilas gustativas. Debemos de tener en cuenta varios factores que influyen en el éxito del helado y el vino, como pareja. El nivel de dulzor no debe destacar en ninguno de los dos y el nivel de acidez debe ser moderado y no predominar ante ningún sabor.

 

Por esta razón, es una buena opción el maridaje con vinos dulces, con un buen Cava o Prosecco. De otra forma sería muy complicado poder apreciar los sabores y matices de los vinos y si por ejemplo tomáramos cualquier helado con un vino tinto, no podríamos disfrutar de la complejidad de los sabores de los vinos por lo frío de los helados. El vino tinto en este caso puede ser un candidato si es de sabor ligero y fresco, no deberá tener tiempo en barrica porque en definitiva no lo apreciaremos. Si es éste el caso, mi recomendación sería un Beaujolais o un Brachetto d´Acqui si prefieren algo dulce.

 

Por otro lado, si la intención es probar algo más fresco y dulce puede ser por ejemplo helado de coco y Cava o Prosecco, helado de chocolate y Passito o un delicioso helado de stracciatella con un Sauternes o un Riesling de cosecha tardía o selección de granos nobles (de Alsace, Francia). También pueden probar un helado de fresa con un Oporto Tawny de 10 años. El sorbete de maracuyá queda genial con el Prosecco Millesimato.

 

La idea es que te atrevas y pruebes una vez que tengas identificada tu preferencia, puedes entonces empezar a disfrutar y compartir. Espero que les guste alguna de mis recomendaciones. ¡Salud!

 

 

Be my guest
08 de noviembre del 2016

Be my guest

Conocido en la industria como FOTH, front of the house, son las manos y rostros de la experiencia en un restaurante.
Redacción por: Ludovic Anacleto
Fotografía por:

La definición de un gran servicio es personal: a algunos invitados les gusta uno amistoso, a otros uno más distante. Algunos prefieren un servicio casi de “servidumbre”, otros de embajador. Ahí nace la complejidad del puesto. Luego de haber colaborado en el Wine and Food Festival CDMX con Ivo Angelov, el “ringmaster” del famoso restaurante Le Cirque de Las Vegas, me puse a reflexionar. ¿Quiénes son las figuras importantes del servicio en el país y en la ciudad?

 

En los San Pellegrino Latin America’s 50 Best, el equipo de Pujol recibió el premio al Arte de la Hospitalidad. El primero otorgado en dicha categoría en la historia fue a este lugar emblemático de la Ciudad de México. Queda claro que el país tiene una arraigada tradición de servicio excepcional. Uno de mis “maestros de ceremonia”, como les digo, favoritos en el país, es sin duda Enrique Farjeat, director de relaciones y desarrollo corporativo en Levain & Co.. Discreto, eficaz, con un ojo al detalle casi perfecto, conoce a sus clientes de forma personal y aplica un servicio de nivel extraordinario. Cuando dirigía alimentos y bebidas en el St. Regis de CDMX, hace unos años, me impactó por su profesionalismo implacable y nivel de autoridad en gastronomía que lo hace uno de los grandes.

 

En Nuevo León, es claro que la autoridad es Karina Barbieri. La “dama de Pangea”, le digo a sus espaldas. A veces nos olvidamos la importancia de esta institución en la ciudad y el estado, pero es crucial recordar el parte aguas que fueron Guillermo y Karina al llegar con el proyecto hace ya 18 años.Ella estableció un estándar tan eficaz que hoy podemos ir a cualquier restaurante del grupo y tener el mismo nivel de atención, cualquiera que sea la ocasión o identidad del lugar. Se siente una escuela seria, disciplinada y eficaz. Reconozco tonos muy al estilo Ritz Carlton en la manera con la cual Karina armó la estructura. El personal atento a todos los detalles, con un conocimiento de los platillos, situaciones, tiempos, personas y preferencias enciclopédico. Víctor, todavía en el piso, una autoridad del tema, formó una gran cantidad de profesionales que se esparcieron en todos los lugares importantes de la zona y llevan con ellos esta tradición. Considero que existe en la ciudad un “estilo Pangea” de servicio y éste se reconoce inmediatamente. Karina abrió su consultoría llamada Front of the House y esto significa una cosa: nosotros como clientes nos vamos a ver cada vez más consentidos.

 

Otro profesional a quien le tengo un cariño inmenso es Luca La Vista, del grupo Modenese. Él lleva un ADN de generosidad y hace que todos sus invitados se sientan en casa. Con un entusiasmo fuera de serie, te recibe con los brazos abiertos en cada uno de sus comedores. La tradición italiana, genuina, sincera y auténtica que recibimos en sus platillos lo tenemos también en su servicio. Está increíblemente apoyado por un gran equipo de capitanes y meseros, como Clemente y Marco Zaccarelli, a quienes conocí hace más de diez años en Florida.

 

Hay una cantidad importante de grandes “maestros de ceremonias” y no tengo espacio para poder agradecerles a todos por su dedicación a transformar un evento de la vida humana en algo inolvidable. Recuerden las palabras del candelabro Lumière en “La Bella y la Bestia” de Disney:

 

“Be our guest, be our guest, if you’re stressed, it’s fine dining we suggest!”.

 

08 de octubre del 2016

¿Qué tan caro es caro?

Además de ser un conector social, nuestra bebida favorita se ha ido transformando cada vez más en una moneda.
Redacción por: Ludovic Anacleto
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Que algunos vinos del mundo tengan un valor elevado no es nada nuevo. Thomas Jefferson y Benjamin Franklin ya hablaban de esto en sus correspondencias a finales del siglo 19. No podemos olvidar que la famosa clasificación del Medoc en 1855 fue más que todo dictada por el valor del mercado de los vinos y la reputación que éstos tenían en ese entonces.

 

Sin embargo, el final del siglo 20 dio nacimiento a un fenómeno totalmente nuevo en la historia del vino: valores tan elevados provocan que algunos se hayan vueltos totalmente inaccesibles para el común de los mortales. Un ejemplo que me gusta utilizar cuando hablamos de este tema es el de Petrus, que todos sabemos se volvió inalcanzable. En 1995 era un lujo, pero asequible. Con esfuerzo moderado se podía abrir uno en navidad. Una botella costaba unos 500 francos o el equivalente de 90 euros. Hoy cuesta 100,000 pesos la botella. Es una suma absolutamente delirante.

 

Quiero dejar algo totalmente claro. No hay manera de justificar un precio semejante para un vino. Se puede justificar estos precios por el valor de reventa, por la escasez, por la puntuación (auxilio…) o, como cualquier tipo de mercancía en este mundo de libre comercio, por la oferta y la demanda. Los nuevos mercados consumidores de vino, como son China o América, han trastornado el equilibrio. Así mismo, siempre hay en el mundo alguien que no tiene problema en pagar estos precios. Hoy el mercado norteamericano ha decidido que no quería pagar los precios tan altos que Burdeos o Borgoña reclama y China se dedicó a comprar lo que Estados Unidos no quería mas.

 

Sin embargo, el hecho de que nuestro vecino del norte decide frenar sus ventas de grandes Burdeos y Borgoña sólo creó un efecto perverso para todos nosotros, “el común de los mortales”. El mercado gigante empezó a buscar alternativas y éstas también empezaron a subir precios de manera exponencial. Un ejemplo: los vinos de Thierry Allemand en Cornas. Una bodega en la zona medianamente reconocida de Cornas, cuyos vinos extraordinarios costaban 45 dólares hace cuatro años. Hoy, suelen costar hasta 180 dólares. Y, sinceramente, no los valen. Como decía el personaje de Gordon Gekko en Wall Street: “Lo amaba a 45, lo odio a 180”.

 

Pero, ¿cuál es la buena noticia? La buena noticia es que hoy, el mundo ha cambiado y tenemos acceso a un número gigantesco de grandes vinos de todas las regiones del mundo a precios muy democráticos. Desde la Loire en Francia hasta Sicilia, Santa Rita Hills en California o Salta en Argentina. La Rioja en España sigue siendo un extraordinario remedio a Burdeos, Marsannay en Borgoña ofrece extraordinarios vinos a precios cómodos, y ¿qué decir del Ródano sur como Tavel, Nimes o Vaqueyras?

 

El mundo del vino es fascinante porque todos los países productores tienen joyas, está en perpetua evolución y podemos encontrar cosas maravillosas embotelladas. Como siempre lo digo: olvida los puntos, establece un presupuesto y déjate guiar. ¡Estamos en la mejor época de la humanidad para tomar vino!

 

Octubre-Noviembre 2023
Especial Dulce Delicia

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Volumen V